Durante el embarazo preparaste todo para la llegada del bebé. Arreglaste su cuarto, compraste el coche, te abasteciste de pañales, entre otras cosas. Si planeaste amamantar, compraste un extractor y leíste consejos para la lactancia.
Lo más difícil de planificar son las formas en las que tu vida cambiará después de que llegue tu bebé. Al principio, dependerá completamente de ti, así que naturalmente tienes menos tiempo para las cosas que solías hacer. La buena noticia es que no dura para siempre. A medida que tu hijo se vuelva más y más independiente, tendrás más tiempo para volver a:
Dormir
Si tú recién nacido es un buen dormilón debes saber que el resto de personas estaremos supremamente celosas. La mayoría de bebés recién nacidos se despiertan con frecuencia para comer o porque necesitan compañía y consentimiento, lo que significa que estás cansada. Tal vez te sientas triste, quieras cachetear a tu pareja, quieras llorar sin alguna razón aparente, o puedes llegar a servir jugo de naranja en tu cereal en lugar de leche. Sólo has lo mejor posible, mamá. El entrenamiento para aprender a dormir está a la vuelta de la esquina.
Tener una conversación normal
Tú y tú pareja solían hablar sobre el trabajo, las noticias o el último episodio del programa que estaban viendo. Ahora hablan sobre los aspiradores nasales y cuántas veces le cambiaste el pañal ese día. También conversan sobre el tipo de popó que hizo, y eso está bien, porque la cantidad y el tipo de pañales sucios son realmente importantes. Te encontrarás con amigos que no tienen hijos, hablando con entusiasmo de la última cosa adorable que hizo tu bebé. Notarás que tu interlocutor tuerce los ojos y tratarás de hablar sobre otra cosa, pero por más de que lo intentes, no puedes recordar cómo hablar de otra cosa que no sea tu bebé. Solo no hables con ellos acerca de su popó.
Romance
¿Qué es más romántico que un extractor de leche y todas esas conversaciones sobre pañales sucios? ¿O besar a tu esposo con leche materna o de fórmula en tu blusa y tal vez regurgitada en tu pelo? Cuando el médico te dé luz verde para tener relaciones sexuales de nuevo podrá ser un poco complicado ponerse de “humor” con el monitor del bebé parpadeando a un lado de la cama y tú teniendo siempre presente en tu mente la imagen de tu bebé dormido y a punto de despertar.
Mantén abiertas las líneas de comunicación con tu pareja. Pueden superar esto y pasar a la siguiente etapa, cuando tu niño ya estará caminando.
Cuidar de tu apariencia
Olvídate de cepillar tu pelo. Si logras encontrar el tiempo para tomar un baño y lavarte el pelo que estaba lleno de leche, y pasarte los dedos, es porque has tenido un buen día. Sólo tienes unos cuantos minutos de sobra para ti estos días, así que úsalos para poner un poco de corrector en las ojeras que tienes, gracias a la falta de sueño. Puede que se te escurran las lágrimas cada vez que miras las fotos de tu boda, en las que luces descansada, bien cepillada y perfecta, pero no te preocupes.
Las duchas regulares y el tiempo para cepillar tu pelo regresarán en algún momento, aunque tu pequeño quiera estar sentado en el tapete del baño, jugando o hablando de sus juguetes, mientras tomas tu baño.
Piensa en ti
¡Solías leer! ¡hacer comidas elaboradas! ¡ver a tus amigas después del trabajo para tomar un té o un cóctel! ¡ir al cine!
Al dedicar la mayor parte de tu tiempo al bebé, tus propias necesidades pasan a un segundo plano, naturalmente. Las personas bien intencionadas usarán la analogía de la máscara de oxígeno del avión para decirte que debes cuidarte tu primero, para luego poder cuidar a tu bebé. Por supuesto, no puedes ignorar tus necesidades por completo, pero la verdad es que mientras no estés lidiando con la depresión posparto u otra situación que pueda afectar tu funcionamiento, podrás hacer cosas que nunca imaginaste que podrías hacer. Algún día usarás un sujetador de extracción de leche, mientras cambias a tu bebé con una mano y hablas con una amiga por teléfono (esperemos no estés hablando sobre el popó de tu bebé). La maternidad revela habilidades que nunca supiste que tenías.
Ser madre por primera vez puede ser abrumador, pero también es un momento mágico. Ver crecer y desarrollarse a tu bebé es algo increíble. Eres testigo y haces parte de esto, incluso con vómito en el pelo.